13.11.06
La música es una de las mejores cosas que tienen los humanos. Después de todo están las cosas dignas de ser destacadas y las cruces, que cada uno carga.
Ahora, como humano al fin, se puede degenerar a la música dependiendo de cada uno.
A mi me gusta tararearle a la gente, no porque lo haga bien sino porque me gusta desconcertar. Es divertido ver cómo se esfuerzan por descifrar algo que yo me esfuerzo por retorcer y eso es algo muy característico mío.
En las fotos, en las palabras, en general. Me gusta que los demás se equivoquen y que desistan caraduramente diciendo cuán grave es mi estado de procesos mentales. Caraduras, en realidad es que no se esfuerzan lo suficiente.
Es como un cubo mágico, es cuestión de ingenio y un poco de suerte.
Me gusta también escuchar canciones conocidas y no identificarlas hasta que esté ese estribillo característico.
La música pasada de moda es la mejor y siempre termino pensando en la canción de la película en la que la chica se convertía (y desconvertía) en maniquí.
Maniquí es una palabra rara (o está mal escrita). Google también es raro, pero porque yo soy rara y me entretiene ver fotos de maniquíes (el plural es más raro todavía).
Voy a contratar a un maniquí para que me suplante en los momentos difíciles. Un doble de acción.
En el Shopping hay una vidriera con un marco de cuadro. Yo le dije a * que sería genial poner a una modelo viva para que modele vivamente ahí, y que todos pensemos que es un cuadro.
No nací para los pensamientos convencionales (ni para cantar bien, entre otras cosas)
Sábado, día nublado.
